Duelo (como desafío)
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   Es el reto a un combate físico o psicológico, pero que puede llegar hasta el desprecio de la vida ajena o al riesgo de la propia por una cuestión de falso honor, por dignidad o por agresividad.
   El duelo, en cuanto acto arrogante, es malo. Pero es totalmente inmoral cuando, por irritación, pone en peligro la vida propia o la ajena, sobre todo en la medida en que el motivo no responde a juicios serenos.
   Es difícil educar al creyente para que sepa razonar en los momentos de pasión y para que valore objetivamente el senti­do de una ofensa en relación al riesgo de un desafío vital. Pero hay que intentarlo por todos los medios pues en el hombre debe prevalecer la razón sobre el impulso.
   En los tiempos antiguos el motor de los dasafíos estaba en el sentido del honor de los caballeros medievales y renacentistas. En los tiempos actuales puede ser el falso valor, la arrogancia, las  apuestas, los odios y el espíritu de violencia que en determinados ambientes se respira desde la infancia y termina perjudicando en la adultez.